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jueves, 20 de julio de 2017

¿Cómo recuperar la Felicidad permanentemente?

Al Jaguar

¿Cómo recuperar le Felicidad permanentemente?





Más personas de las que imaginas pasan por un tipo de tristeza, depresión o angustia de alguna naturaleza. Si pones atención y escuchas con cuidado, notarás que las personas no viven realmente felices en general, especialmente los adultos. Este hecho se vuelve más relevante y digno de tratar cuando además resulta que tú y yo no somos los únicos que deseamos salir de esa condición que por alguna razón no nos permite disfrutar de la vida al máximo y reír y vivir sin preocupaciones, como si la vida estuviera finalmente resuelta y pudiéramos ya dedicarnos sólo a disfrutarla.


Estoy convencido de que la felicidad y la plenitud existen; afortunadamente he conocido personas que han llegado a mi vida (y estoy seguro de que también han llegado a la tuya) y que irradian esa maravillosa energía de personas que son verdaderamente felices. Si bien son muy escasas las personas que se encuentran bajo dicha condición, lo cierto es que existen y están ahí, y por ende también tú y yo podemos llegar a ese nivel de paz y felicidad.

También estoy convencido de que conocer las causas de lo que nos aqueja, así como conocer los diferentes niveles de tribulación y tristeza que hay dentro de nosotros, la sintomatología de la tristeza y por supuesto diferentes alternativas y soluciones, pueden ayudarnos a lograr un nivel de felicidad importante y una mejor calidad de vida. A continuación haré un intento por describir algunos conceptos con los que puedes sentirte identificado, así como síntomas, niveles, pero también alternativas que espero te ayuden a dar un paso más hacia la recuperación de la alegría que antes era parte natural de tu forma de ser.

LOS NIVELES DE TRIBULACIÓN

EL NIVEL SUPERFICIAL. Prácticamente todas las personas en el mundo tenemos problemas y tribulaciones a este nivel y a pesar de no ser el rubro de los problemas más grandes, sin duda es posible dejarnos enganchar por ellos a tal punto que nuestra paz y tranquilidad se ven comprometidos. Al hablar de este nivel de *dificultades* me refiero a esas pequeñas cosas que nos pasan en la vida, pero que nos hacen enojar o nos exasperan tan constantemente como puedan ocurrir y tan intensamente como estemos dispuestos a permitirlo. Me refiero a problemas que tienen una solución relativamente sencilla, pero nos hacen ahogar en un vaso de agua como cuando se nos pincha un neumático, cuando perdemos la billetera o extraviamos las llaves o las dejamos dentro del coche. Cuando alguien llega tarde a una cita con nosotros, cuando alguien olvida el aniversario o deja arriba la tapa del escusado con regularidad.

Recordemos que este artículo habla sobre cómo ser felices y si somos responsables respecto a ello, merece la pena hablar de todo aquello que nos roba la felicidad, tomar conciencia de ello y empezar a trabajar en su solución.

Si la mayoría de los problemas que te arroja la vida son de este tipo, creo que realmente puedes considerarte afortunado. Podrás comprenderlo mejor cuando lleguemos al nivel de problemas que en verdad trastocan el alma de un ser humano.

EL NIVEL PERSONAL. En esta categoría de tribulaciones nos encontramos con situaciones más serias que las anteriores. Cualquiera con un problema de esta naturaleza cambiaría su situación por veinte de las anteriores sin pensarlo. Los problemas de nivel personal van más allá de la discusión con un vecino o un desacuerdo con un colega del trabajo, es mucho más que extraviar un teléfono costoso, golpearse en la espinilla con la esquina de una mesa o romper tu costosa cámara (eso es del nivel anterior). Ahora hablamos de circunstancias que realmente transforman abruptamente la vida de las personas que lo viven. Supongo que sabes ya de qué tipo de situaciones hablamos: enfermedades que merman las capacidades de una persona de forma significativa, padecimientos crónicos incapacitantes o situaciones sociales que impiden el desarrollo normal de una vida. Estamos hablando de enfermedades como el cáncer o padecimientos como la ceguera, la invalidez o la pérdida de alguna extremidad o el perder la libertad y ser recluido en una cárcel durante muchos años. Hay problemas que tienen solución y que se reponen con tiempo, dinero u otras alternativas, pero que no afectan a la persona en su integridad. Quienes han pasado por situaciones de este nivel pueden constatar el hecho de que con gusto preferirían perder su casa y su empleo antes que su salud o su libertad. Sorprendentemente hay un nivel más alto del que quisiera hablar.

EL NIVEL EMOCIONAL Algunos problemas ya son de una naturaleza tal que llega a afectar nuestras emociones más estables, provocando sensaciones de vacío, miedo, angustia, insatisfacción, soledad y tristeza. Es un nivel que alberga, desafortunadamente, a la mayoría de las personas deprimidas en el verdadero significado de la palabra depresión. Tiene que ver con rupturas emocionales, pérdidas y heridas a nivel emocional. Personas sometidas a vejaciones emocionales constantes, pérdidas de seres queridos, amigos y familiares, con frustraciones profesionales profundas y aspiraciones truncas, es decir, con circunstancias que el dinero no puede sustituir. El nivel es tan profundo que quizá pagar una condena de diez años en prisión parece nada en comparación con las tribulaciones de este tipo, aunque es totalmente equivocado comparar un problema con otros, error común que cometemos cuando miramos a alguien más y decimos que “sus problemas no son nada comparados con los míos”, pues a cada quién y a su nivel, sus problemas lo afectan, de lo contrario no habría necesidad de escribir sobre el tema de cómo recuperar la felicidad..

EL NIVEL DEL ALMA O NIVEL INTERIOR. Realmente no sé cómo llamarlo, porque corresponde a una parte de nosotros que no se puede ver o tocar, ya que tiene que ver con el alma, con la inocencia y con eso que nos hace ser nosotros mismos. En este punto es muy probable que no todos los lectores puedan comprender este nivel de tribulaciones, porque no es fácil comprender algo que está dentro de nosotros y que siempre ha funcionado correctamente y por ello no nos percatamos de su presencia. Me recuerda a un coche que está compuesto de diferentes partes y sistemas, pero jamás pensamos en esas partes hasta que se descomponen. Este es el punto al que realmente quería llegar, pero también es el más difícil de explicar, porque hay palabras que sólo intentan, pero no son suficientes para describir esos niveles del ser humano, pero puedo decir que hay muchos problemas en esta vida, pero muy pocos, por “graves” que sean pueden llegar a tocarnos el alma y descomponerla como sucede en este nivel. “Afortunadamente” son muy pocas las personas en el mundo que llegan a sufrir tales agravios y pueden ser muchas las causas, al final son muy pocas las situaciones que en verdad pueden llegar a tal punto en una persona, desafortunadamente el día en que se presentan dichos problemas, las consecuencias en la persona son casi irreversibles. es como pensar que “en este mundo ha habido más disparos de armas de fuego que bombas atómicas”. Todas hieren, pero las proporciones son incomparables.

En los niveles anteriores he puesto ejemplos de las diferentes tribulaciones de acuerdo con el nivel, pero en este caso es mejor no hacerlo, ya que el sólo hecho de mencionar algo que rompe a una persona por dentro, hasta llegar a tocar su alma, es delicado en todo sentido, incluso el mencionarlo puede ser causa de malas enseñanzas, de aprendizajes de cosas que no deseamos saber o imaginar. Sólo las personas que han experimentado tal dolor pueden comprender claramente de lo que aquí se está hablando. Intento que al mismo tiempo este punto sea muy claro incluso para quienes jamás han tenido que atravesar por una situación así, pero imaginen que el alma sólo puede ser tocada muy pocas veces y por muy pocas cosas en esta vida y que un leve rasguño al alma puede descomponer a una persona por completo y de forma irreversible hasta llegar a la locura (literalmente hablo de perder la razón y acabar en un manicomio). Las personas que han experimentado estos niveles aseguran que un punto clave, un parteaguas en su vida es la formulación de un dilema interior: recuperarse y transformar su vida por completo, o abandonarse y volverse un ser humano deliberadamente malo; también afirman que todos los “problemas” que se han presentado después de aquel evento que tocó su alma, ya no parece tener ninguna importancia, por muy grave que parezca ante los ojos de los demás. Naturalmente después de haber enfrentado un mar de ese nivel, todo lo demás parece como un charco de agua.

LAS CAUSAS DE LA INFELICIDAD MÁS FRECUENTES

En términos prácticos intentaré hacer mención de las causas más frecuentes de aquello que las personas manifiestan como principales fuentes de infelicidad. Es imposible mencionarlas a detalle, a corte y confección de la vida de cada uno, pero de forma general mencionaré algunas que son las más frecuentes en nuestros tiempos:

LA SITUACIÓN ECONÓMICA. He decidido mencionar esta causa entre las primeras, porque definitivamente hemos escuchado más de una vez y a más de una persona lamentarse a causa de su situación económica. El mundo se mueve también gracias al dinero y esta dinámica no nos permite dar el lujo de detenernos o quedar fuera del sistema, pero nos puede llegar a estresar tanto que nuestra felicidad se ve afectada constantemente por este hecho. Es verdad que hay incertidumbre laboral, económica, política y que todo ello afecta a nuestra estabilidad económica, pero si sólo se trata de eso, tiene una solución relativamente sencilla.

LA FRUSTRACIÓN PERSONAL. Profesionistas que no están conformes con su ocupación, personas que no están haciendo realmente lo que aman y que se sienten atrapadas en la monotonía y el estancamiento e incluso si se trata de personas económicamente bien remuneradas que no se sienten satisfechas con lo que hacen. También personas que no se sienten plenas en su matrimonio, noviazgo o que están en busca de una pareja que parece jamás llegar. Frustraciones a nivel personal, material y emocional que siempre nos hacen seguir anhelando y buscando más allá y que no nos permiten disfrutar momentos y nos privan del momento más importante que es el ahora.

LOS CONFLICTOS EMOCIONALES. Aunque todo vaya bien, hay algo que nos conflictua en el interior. Pareciera que la pareja es un buen partido, que la profesión y el trabajo son prometedores e incluso nos permitimos viajes y caprichos materiales, pero hay algo que nos hace falta y que nos hace sentir inconformidad, que nos pone de mal humor y por alguna razón no comprendemos qué es lo que nos pasa. Generalmente se debe a que en nuestra mente hay discordancias con cierto nivel de importancia, es decir, todos en alguna forma nos contradecimos y no estamos “correctamente alineados” entre lo que decimos y hacemos, pero hay un punto en el que tales contradicciones no nos permiten vivir en paz, como quien sabe que fumar y beber alcohol es dañino, es consciente de ello, pero lleva muy a menudo un cigarro y una bebida alcohólica a la boca. Parece poca cosa, pero finalmente se trata de una contradicción entre nuestros pensamientos y nuestras acciones y donde no hay roce no hay fricción, donde hay fricción hay oposición y donde hay oposición hay conflicto. Muchas personas hacen actividades, emiten palabras y comentarios, se conducen muy a menudo en contra de su voluntad, o bien están privados de actuar voluntariamente. Hay policías que no desean serlo y abogados que se sienten realmente incómodos al defender a verdaderos criminales. La paga es buena, pero hay un conflicto importante entre el pensamiento y las acciones y eso provoca la pérdida de la felicidad.

Solo cada uno de nosotros puede analizarse y saber a qué nivel y con qué frecuencia aparecen las contradicciones en nuestra vida.

LOS PROBLEMAS IMAGINARIOS. Son “el enemigo público número uno”, debido a su gran abundancia en nuestra mente. Ocupan un muy importante tiempo y espacio en nuestra mente. En este punto es necesario ser verdaderamente sensibles al verdadero significado de este concepto. Imaginario, en principio significa que no es real, pero que habita en nuestra imaginación. Ya hay mucho material que explica cómo la mente influye sobre nuestro cuerpo, a tal punto que incluso sin la actividad neuronal y las pulsaciones eléctricas, simplemente no podríamos vivir (literalmente estaríamos muertos), por lo que la imaginación, la mente y los pensamientos son el noventa por ciento de lo que consideramos “vivir una vida”. Es muy importante que este concepto quede bien claro, porque entenderlo significa en sí mismo un avance en la recuperación de la alegría y la felicidad.

Los problemas imaginarios también son conocidos como “asuntos pendientes” o “planes a futuro” o “experiencias del pasado”, “traumas”, etc. Sencillamente porque durante toda la eternidad sólo nos podemos situar REALMENTE sobre el ahora, pues jamás estamos en el ayer o en el mañana y tampoco estamos nunca en el allá o en el más allá, sino en el AQUÍ y ahora me valdré del hecho de que hay ya mucho conocimiento de tu parte sobre esos conceptos de aquí y ahora como el único momento y lugar válidos en la eternidad. Lo demás es sólo un invento en nuestras mentes que nos sirve como punto de referencia para seguir trasladando nuestro cuerpo de un “aquí” a otro… (o sea de “aquí” a “allá”). Ayer ya no existe, nunca existió y mañana aún no llega y jamás llegará, porque siempre estamos en el aquí y el ahora. Sé que lo comprender a la perfección, y por eso comprenderás perfectamente que agobiarse por pensar en el futuro, si tendrás dinero, si encontrarás trabajo, si tendrás a la pareja de tus sueños, si debes pagar las cuentas o si un día te secuestran o roban a uno de tus hijos es sólo un problema que está en tu mente, situado en un lugar que no existe (el pasado y el futuro) y que gracias a ese punto de referencia mental que construimos (el ayer y el mañana), podemos mover el cuerpo hacia un nuevo aqui y un nuevo ahora para pagar las cuentas, para trabajar, para casarnos, tener hijos y poder “recordar una vida” (vivir una vida). Tristemente, recordar un problema es volver a vivirlo. Recordar el daño que te han hecho y repasar los sufrimientos de “anteriores ahora” es un mal hábito que hace que nuestras neuronas manden los impulsos al cuerpo y que nos hacen volver a vivir una y otra vez algo que ya no existe, pero que roba completamente nuestra felicidad. El verdadero “ahora” no tiene ningún problema real a menos que justo ahora se esté quemando tu casa o justo ahora esté ocurriendo algo que amenace tu ego o ponga en riesgo tu integridad, tus emociones o tu alma, pero dudo que justo ahora esté pasando. Lo que sí creo es que alrededor de este tiempo estés pensando en lo que te ocurrió, o que tengas miedo de algo incierto en el futuro.

LOS PROBLEMAS REALES. Como ya dije, sólo es real el aquí y el ahora. En verdad dudo mucho que justo ahora estés leyendo esto mientras un tigre te ataca o un ladrón está saqueando tu casa o te estés ahogando. La palabra real sólo tiene un sentido y si ese sentido no se cumple, simplemente es irreal, no inmediato o imaginario. Digamos que “incluso la realidad aumentada, por el simple hecho de ser aumentada ya ha sido modificada y por lo tanto es falsedad”. Lo mismo pasa con lo real, por lo que en términos de problemas, si no lo estás viviendo justo ahora, físicamente palpable, es imaginario. Es tan exacto, que si hace un momento discutiste fuertemente con tu pareja y mañana se divorcian, en realidad justo “ahora” no estás teniendo un problema. Lo tuviste hace un momento y lo tendrás mañana, pero a menos que físicamente estés discutiendo con él o ella, el problema ya sólo es imaginario. Si tienes miedo de que tu casa se queme y en diez años jamás pasa nada sufriste realmente durante diez años por algo que sólo fue imaginario. Y digo que sufriste realmente, porque al angustiarte porque tu casa se quemara, pasaste diez años respondiendo fisiológicamente a una señal que tu cerebro enviaba a tu cuerpo bajo la idea de una casa en llamas durante diez años. Al cabo de diez años tu casa realmente se quema, pero el problema es real sólo a partir del momento en que la casa, literalmente, empieza a artes y ni un segundo antes.
¿Recuerda el miedo que te producía saber que tus padres te llamaban para regañarte enérgicamente por algo? La sensación de miedo te paralizaba y no querías que llegara la hora en que volvieran del trabajo para llamarte a su habitación y recibir el escarmiento. Era mucho peor en tu mente de lo que realmente sucedía en la realidad. El miedo podía durar horas, hasta que realmente tus padres estaban frente a ti y comenzaban a hablar. Incluso cuando ya estabas frente a ellos, viviendo y enfrentando el momento que más temías, todo tu miedo desaparecía. La imaginación mal empleada es el enemigo público número uno.

LA AUTOESTIMA. Continuando por la rama de la imaginación, tenemos que el ego y la autoestima son inventos de nosotros mismos para sustentar nuestra existencia y la idea de que “vivimos una vida”. Sobre esto también hay ya mucho sobre auto ayuda y autoestima, por lo que sólo me limitaré a decir que la autoestima es la base sobre la que se construyen nuestros recuerdos, experiencias, emociones, etc. a nivel personal y de forma intransferible (ya que cada quien tiene su propio ego y su propia autoestima, de lo contrario no sería “auto”, sino sólo una “opinión” de una persona respecto a otra), desafortunadamente en muchos casos la opinión de terceros es uno de los primeros ingredientes de la infancia sobre los que se va consolidando la autoestima y sabemos que las personas no suelen ser constructivas, amables y positivas en la vida. “Un triste sólo podrá criar a otro triste” por así decirlo, o para que suene mejor, digamos que “un zapatero no puede educar a un panadero”. Esos ingredientes fundamentales se introdujeron en nuestra concepción de nosotros mismos desde nuestra niñez y hasta ahora se cree que resulta muy difícil deshacer esa receta para volver a prepararla con ingredientes nuevos y definitivamente de buena calidad. Para simplificar esta idea, que bien podría llevarse toda una carrera con maestría y doctorado en psicología, sólo diré que hay principalmente dos tipos de personas “los que se sienten amados” y  “los que no”, pero para simplificarlo aún más digamos que sólo hay dos tipos de personas “los que piensan bien de sí mismos” y “los que piensan mal de sí mismos”, ya que en la historia de la humanidad ha habido personajes destacados que aseguran haber sido rechazados desde la infancia (no amados, puestos en adopción, maltratados, etc.), pero que a pesar de ello lograron ser destacados e incluso felices porque pensaban bien sobre sí mismos,

Dime… ¿Qué piensas tú sobre ti mismo(a)? en realidad a mi no es a quien debes responder, sino a ti mismo y debes ser lo más sincero posible y responder en silencio, en tu interior, después de un momento a solas en el que puedas reflexionar sobre tu vida (o los recuerdos que no corresponden al aquí y al ahora). La respuesta tiene que ver con la construcción de tu identidad, con tu forma de ganarte la vida, con las contradicciones mentales con las que quizá vives, con lo que anhelas y sobre qué piensas de tí mismo respecto a ellas. ¿eres un juez duro contigo mismo? ¿Te permites errores o te castigas con severidad? ¿Si tu fueras de la mano contigo mismo, pero ese otro “tú” fuera un niño(a) pequeño(a)... cómo lo tratarías en el camino si tuviera hambre, miedo o frío… o si cometiera un error? La respuesta es importante porque parece una situación hipotética, pero en realidad ese niño eres tu y da la casualidad de que sí existes, tan existes como que estás leyendo esto y tan vas de la mano contigo mismo como que la única persona segura que va a estar contigo desde que naciste hasta que te mueras eres tú. ¿Qué piensas de ese niño que va contigo de la mano… acaso es un tonto o un genio… y qué tipo de vida merece… qué harías si le dan ganas de jugar y sonreír?

¿Tienes alguna fotografía tuya de cuando eras niño? Si tienes alguna en la que estás sonriendo, no pierdas tiempo y ve por ella, mírala bien, porque cuando uno es niño sonríe con verdadera sinceridad y uno es feliz e inocente. Si tienes una fotografía de ti, cuando eras niño y estás sonriendo, tómale una foto con tu teléfono y guárdala. Sigues siendo esa persona y si fuiste feliz una vez, puedes volver a serlo.

La autoestima no sólo es un problema por ser “baja”, sino que se transforma en una patología cuando está mal calibrada, pues es posible tener baja autoestima incluso si se tienen muchos talentos y cualidades, pero también una autoestima desproporcionadamente alta conlleva a experimentar sensaciones no gratas.

Estamos por llegar a las alternativas sobre cómo recuperar la alegría y ser verdaderamente feliz, Feliz a pesar de la economía y de los problemas cotidianos, Feliz después de la recuperación de nuestras emociones y feliz incluso después de haber recibido un rasguño que descompuso nuestra alma. Pero antes voy a escribir algo sobre la sintomatología de la infelicidad y la sintomatología de la felicidad.

SÍNTOMAS DE LA TRISTEZA. Quizá te identifiques con alguno de los siguientes síntomas: privación del sueño por la noche y una sensación de somnolencia durante el día, apatía por las cosas, por las personas y por lo que escape a la rutina. Desorden alimenticio que va desde un simple problema de hábitos como comer a deshoras, comer alimentos que no son saludables, hasta bulimia y anemia. Una sensación de cansancio o agotamiento ante la idea de comenzar un proyecto; algo en tí desea llevar a cabo proyectos como bajar de peso o encontrar empleo, pero inmediatamente te invade una descarga de energía que hace que sólo te sientes y termines por no hacer nada. Miedo de morir y pensamientos de que algo te va a pasar: muchas personas manifiestan algo en común al sentirse infelices o deprimidos y aseguran tener la sensación de que los van a arrollar al cruzar la calle o que al conducir su coche se va a impactar un auto por detrás, que se encuentran en una pelea callejera contra algún desconocido, que alguien los está vigilando o espiando en sus actividades financieras o al teléfono, o en general que inesperadamente va a pasar algo que los lastime físicamente o emocionalmente (ideas recurrentes de problemas imaginarios), temor por la escasez y tendencia por la acumulación de objetos que otros consideran basura, pero que poco a poco van ganando espacio en casa. La sensación de que algo que planeas, por algún motivo va a salir mal simplemente porque se trata de ti y a ti todo te sale mal (baja autoestima). La tendencia a auto flagelarse, lastimarse u ofenderse cuando se comete un error.

Recordemos que este no es un artículo para tratar un trastorno específico, sino que la visión está invertida hacia la búsqueda y recuperación de la felicidad con la que nacimos y crecimos y a la que todos tenemos derecho. Curar un trastorno no significa ser feliz, sin embargo ser feliz puede significar la corrección de muchas áreas de nuestra vida.

Ser feliz no es estar libre de problemas, sino poder sentir alegría incluso ante la presencia de problemas y situaciones a resolver. La felicidad está situada en la mente, se manifiesta en el cuerpo y se expresa en el mundo. Ahora mismo me vienen a la mente las palabras de una doctora llamada Luis L. Hay que dice que un día escuchó una definición de “Salud” que le pareció muy acertada y que ahora comparto con ustedes, no de forma literal, sino reinterpretada para este artículo, pero que recupera toda su esencia:

“Salud no es sólo la ausencia o falta de enfermedad; salud no es sólamente no tener diabetes, cáncer o gripe. Salud es dormir bien, a buena hora y despertar descansados y con facilidad; salud es sentirse agradecidos, estar de buen humor todo el día, tener buen apetito, pensar con claridad, tener buenos pensamientos, ser agradecido, ser humilde y ser cariñoso.

¿Cómo estás de salud?”

Creo que la felicidad va en un sentido similar al de Luis L. Hay cuando uno trata de entenderla: Felicidad no es la ausencia de tristeza, como “vivir” es más que simplemente “no estar muerto”. La felicidad es una misma cosa por dentro, pero es un mundo al manifestarse hacia afuera. Quizá en algunas culturas la felicidad se expresaba haciendo sacrificios, y con el tiempo quizá felicidad en otra civilización significaba cantar canciones y bailar, y así podrá cambiar la forma de manifestar la felicidad, de cultura en cultura y de momento a momento, pero la felicidad por dentro es la misma serie de reacciones bioquímicas y se pueden presentar en ocasiones con más frecuencia que en otras e incluso ser inducidas bajo el influjo de sustancias, fármacos u otros. Es tan importante la felicidad interior, como su manifestación en el mundo de acuerdo a cómo hayas aprendido a manifestarla. Sólo tu conoces cuál fue la forma en que tus padres y tu medio te enseñaron a demostrar y manifestar tu felicidad, tu salud y el amor en este mundo. Por dentro no tengo duda de que las reacciones bioquímicas son similares en todos nosotros, pero recuerda a esas personas plenas y felices que alguna vez han llegado a tu vida y recuerda cómo era su manera de manifestarlo. Estoy seguro de que en esta vida también es necesario aprender a ser felices y que no todos aprendimos a serlo de la forma correcta. Ya está claro que la felicidad es la misma por dentro para todos, pero que hay una escuela de la felicidad a la que un día dejamos de asistir o bien no asistimos a la mejor escuela y sólo tuvimos una opción. Ser felices no es sólo la ausencia de tristeza; ser felices tampoco es estar en Paz, porque estar en paz significa no sentir nada, ni tristeza, ni emoción, ni alegría, ni euforia, sino estar en paz, es decir, no sentir absolutamente nada. Es contradictorio quieres Paz y Felicidad, porque la paz es la ausencia de todo sentimiento, pues si estamos tristes ya no estamos en paz, pero si estamos eufóricos o alegres, tampoco estamos en paz. Ser felices y aprender a serlo y a manifestarlo es el primer pilar para alcanzar un estado de gracia y una condición de felicidad. Podrás ser un zapatero cuando sepas qué es y qué hace un zapatero, pero también cuando sepas cómo lo hace y sobre todo, cuando hagas lo que él hace. Lo mismo ocurre con las personas felices y no hablo de las personas ricas o exitosas, ni siquiera hablo de las personas que tienen o no tienen problemas, sino de las que son felices. Y ahora vamos a hablar sobre cómo ser feliz…






¿CÓMO SER FELICES PERMANENTEMENTE?

Yo sé que has pensado que cuando tengas dinero serás feliz, sin embargo también sé que has sido feliz y que aún no tienes dinero; que te has prometido ser feliz cuando llegues a tu peso ideal y a tu figura ideal, pero sé que no has cambiado y a veces has sido feliz. También se que has experimentado momentos de éxito y abundancia, pero quizá es incluso cuando te sientes más solo, vacío y frío por dentro.

Yo no escribí sobre cómo ser millonario, ni cómo alcanzar el éxito o cómo liberarte de todos los problemas, sino sobre cómo ser felices bajo cualquier circunstancia.

Si piensas que la causa de tu infelicidad es por problemas del nivel más básico, entonces tu no tienes problemas, sólo tienes un pensamiento que te está robando la energía que puedes dedicar a tu felicidad.

No sacrifiques tu felicidad en nombre de tu ego, porque el ego no existe, porque tú lo has creado en tu mente para poder dar sentido a los acontecimientos de lo que llamamos vida. El ego nunca va a permitir que se le toque para ser modificado o juzgado y de inmediato se pondrá a la defensiva cuando sienta que está amenazado. El ego va a sacrificarlo todo, incluso la felicidad, antes de estar dispuesto a perecer. El ego está dispuesto a que perezcas tú, antes de perecer él: es literal, el ego va a dejar que tú pierdas literalmente la vida, que mueras de verdad, que dejes este mundo, literal que te borres de este mundo, antes que cambiar él. El simple hecho de que lo mencione pone sobre aviso a tu ego y puede ponerte incluso de malas tan solo por leer estas palabras. El ego es irreal, porque sólo existe en tí mientras estés vivo y morirá en cada uno cuando dejemos este mundo, por lo tanto es un error de programación en nosotros mismos. Lo único real es el alma, porque jamás se equivoca, no perece cuando nuestro cuerpo muere y proviene de algo más grande, pero el ego se apodera del cuerpo y no deja que el alma actúa. El alma es tan perfecta y sabia que es por eso que la última categoría de tribulaciones es la que de un solo rasguño al alma, puede descuadrar por completo a un ser humano y a veces de forma irreversible. El Ego dejará que eso pase antes de que tu lo dejes desaparecer y permitir que sea tu alma quien domine. El alma no puede tener miedo a nada, es imposible, el ego se siente amenazado por todo, por todos, por la economía, por el compañero de trabajo, por alguien más rico o atractivo, por alguien más joven o más experimentado, el ego tiene miedo de todo y cuando dejamos que él sea el que gobierne nuestra vida, perdemos la felicidad. El ego sólo responde a todo lo que lo nutra,a las adulaciones aunque sean falsas, a los placeres momentáneos, por eso creemos que a ratos somos felices, pero que la felicidad no puede ser permanente. El ego te ha metido en problemas al actuar, al abrir la boca o al quedar inmóvil ante situaciones en las que debiste actuar. El alma jamás va a equivocarse, su naturaleza no puede equivocarse. El ego pierde la dimensión y las proporciones de las cosas, te miente y se miente en sí mismo, en el ego no puede haber verdades porque el ego mismo es falso, es un constructo que se modifica a sí mismo a conveniencia. El ego te hace pensar que eres más p que eres menos que los demás: te hace pensar que es una ofensa esperar en un restaurante, te hace pensar que eres menos cuando no tienes el dinero que en la idea del ego ya es el suficiente; el ego es el que te hace defender un punto de vista por encima de una amistad, el que te hace defender un punto de vista que sabes que es ya insostenible. El ego te empuja a aparentar ante los demás que tu vida es envidiable cuando realmente te sientes vacío por dentro. El ego es el que nutre los problemas imaginarios (enemigo público número uno). El ego es capaz de provocar conflictos entre personas, familias y naciones. Le teme a lo que pueda modificar su ecosistema autoconstruido y ponga en riesgo todo su sistema de creencias.

Cuando se ha trastocado tu alma, por un instante se apodera de ti y deja al ego a un lado y viene la pregunta: ¿A partir de este momento cambiaré mi vida, o seré un ser humano deliberadamente malvado? Que en otras preguntas se traduce como la elección entre el alma y el ego.  No es una casualidad que las personas que han sufrido realmente, sean aquellas más tolerantes con los demás, los que siempre ponen la otra mejilla, los que se disculpan aunque no sea su culpa, los que comprenden más. Y no es una sorpresa que los que jamás han sido tocados en el alma y cuyos problemas más graves en la vida sean del tipo superficial, a menudo sean hostiles, no midan sus palabras y pasen por encima de quien deban pasar para dar satisfacción al ego; su mirada es altiva, sus palabras hirientes y sus actos son egoístas. Quien ahora está poseído y dominado por el ego, ahora puede estar sintiéndose agraviado por lo que digo, pero es normal y no es mi intención. Te recuerdo que se trata de cómo ser felices y es parte de lo que hay que escuchar.

Hay un principio fundamental en la recuperación de la felicidad: “No se puede herir a nadie, sin herirse a sí mismo” es un concepto que lleva su tiempo para comprender a profundidad y cuando finalmente se comprende, lleva su tiempo para ponerse en práctica. No se puede lastimar a nadie sin que nos lastimemos a nosotros mismos en el acto, ya sea que se trate de agresiones verbales, de calumnias, de agresiones físicas o cualquier forma de maltrato, creeme, siempre se paga un precio proporcional, si bien no es exacto (ojo por ojo), pero aunque el ego se empeñe en ocultarlo, no podemos herir a nadie sin lastimar nuestra propia persona. Seguiremos sufriendo en tanto no tengamos claro este concepto. Hablar mal de alguien, defraudarlo financieramente, despojarlo de sus pertenencias, humillarlo, sobajarlo, agredirlo físicamente, desearle mal, todo ello nos hiere por dentro y nos hace conservar un veneno que es contrario a la felicidad.

La buena noticia es que también funciona a la inversa “toda ayuda a la felicidad y sanación de otros, nos lleva a la sanación y a la felicidad propia”. Si hoy en día estás pasando por una tribulación, debes inmediatamente de ayudar, ayudar y ayudar… no necesariamente con dinero, una palabra de ayuda a una persona, un gesto amable, incluso una sonrisa a una persona desconocida puede cambiar todo su mundo: pocas cosas en la vida pueden tocar el alma de una persona… si vas a tocar el alma de una persona, mejor que sea para bien, porque no habrá forma de tocar su alma y dañarla, sin que dañes la tuya, pero no hay forma en la que acaricies y des consuelo a un alma, sin que acaricies y des consuelo a la tuya. Ayuda a más personas, ya sea con limosna, con ropa que ya no te sirva y que otros necesiten realmente, a personas que tienen hambre, pero también a personas que han sido tocadas en el alma y lastimadas (generalmente sólo una persona que ya ha sido tocada en su alma puede reconocer a otra que también fue herida a ese nivel)... así como sólo el que ha pasado hambre podrá entender al hambriento, o sólo el que ha conocido la enfermedad puede comprender al enfermo, así mismo en los niveles del alma ocurre, pero acariciar un alma es comenzar a sanar la tuya propia.

A riesgo de hacer que el ego se sienta provocado, diré que la infelicidad y el ego son dos corrientes que emanan de la misma fuente. Parte de la solución está en la reducción del ego sobre el dominio del cuerpo y el aumento del alma sobre nuestra conducción en la vida y para ello es de gran ayuda ayudar a los demás. He visto que algunas personas se graban en Internet mientras le dan mucho dinero a una persona que vende cosas en la calle, que se toma selfies mientras rescata cachorros en peligro y si bien sus acciones derivan en un bienestar para el cachorro o para la persona que recibe el dinero, en realidad es un acto no altruista, sino un acto que busca el reconocimiento público y un apetito por los reflectores y me temo que esos actos son provocados nuevamente por el ego. El ego no siente felicidad, siente satisfacción temporal e inmediata y es insaciable. El alma no necesita buscar felicidad, porque el alma es en sí misma felicidad y todos tenemos un alma que hemos minimizado a causa del dominio de nuestro ego. El ego se va a defender a toda costa haciéndonos creer que si lo abandonamos tenemos que renunciar a nuestros sueños y aspiraciones, que si renunciamos al ego, tenemos que renunciar a la comodidad, a la riqueza, a la diversión y a los bienes materiales y por supuesto que ningún ego está dispuesto a dejar caer todo aquello “por lo que tanto ha sufrido” pero sufrir es lo contrario a ser feliz y al ego le encanta sentir que ha sufrido por todo lo que ha obtenido. Al ego le fascina enojarse cuando alguien llega tarde a nuestra cita, le encanta ofenderse para que le rueguen y tardarse en perdonar, para que le sigan rogando y a eso se le llama “goce displacentero”, es decir que el ego siente cierto placer ante algunas dosis de sufrimiento, pero la felicidad y el sufrimiento son contrarios. Al ego le gusta pertenecer a comunidades de personas con padecimientos en común para hablar de lo mismo y nutrisse, porque si el ego está convencido de que eres infeliz, hará lo que sea para no estar equivocado, aunque luchar por mantener tu infelicidad sea lo último que haga y en lo que ponga más empeño.

Se dice que donde hay luz no puede haber sombra, pero la percepción errónea nos dicta que justo gracias a la luz se puede producir sombra y que por lo tanto donde hay luz, hay sombra, pero la realidad es que donde hay luz hay luz y donde hay sombra hay sombra y que jamás se mezclan aunque estén una junto a la otra. El ego es la sombra y el alma es la luz y donde esté una, no podrá estar la otra, aunque se encuentren lado al lado, pero jamás mezcladas. Así pasa con la felicidad y la tristeza.

Aprender a ser felices es recuperar la felicidad. La respuesta se encuentra en la renuncia al ego, en la comprensión de los niveles de problemas que nos afligen: los que aquejan al ego (todo), los que aquejan al cuerpo (enfermedades y padecimientos), los que aquejan a las emociones y los que trastocan al alma. Las causas pueden ser muchas en este mundo que se rige bajo la economía y el ritmo de vida exigente que nos pide tolerancia y convivencia en paz, al mismo tiempo que nos pide ser competitivos, a los malos hábitos de alimentación y sueño, a los pensamientos que nos acompañan todo el día y a la falta de limpieza e higiene mental y falta de meditación y reprogramación de nuestros pensamientos, pero principalmente al dominio que tiene nuestro ego sobre nuestro cuerpo y al poco equilibrio entre él y nuestra Alma que es quien tiene siempre la razón y la respuesta a cada cosa, es el remedio al temor y al miedo, es la respuesta y la corrección al error y la contradicción interna que se construye en nuestros egos.

Convive con personas con un mayor equilibrio y mayor presencia de su alma en su vida y evita a las personas que están dominadas por el ego, porque esas personas viven con miedo y cometen atrocidades en sus propias vidas y en la vida de los demás y cuanto más grande sea el ego, las reacciones pueden ser más violentas. Comprende bien lo que es la felicidad y lo que es la Paz, porque donde hay felicidad no hay Paz y donde hay Paz no hay felicidad pero comienza por encontrar paz, para que puedas saber hacia dónde se dirige la felicidad, aunque al dejar que tu alma se apodere más de ti y renuncies al ego, descubrirás que el alma siempre es la que sabe qué hacer. El alma no va a morir aunque tu cuerpo deje de vivir, a diferencia del ego que morirá cuando tu mueras. El alma es tu mejor brújula y el ego es tu peor enemigo, porque preferiría verte muerto antes que desaparecer. Renunciar al ego no tiene que ver con renunciar a vivir bien, pero él hará lo posible por hacerte pensar lo opuesto. Tu no eres tu ego, por extraño que parezca, ya que puedes cambiarlo, suprimirlo, nutrirlo, modificarlo y seguir siendo tú… sólo el alma eres realmente tu, porque ya eras alma antes de llegar a este mundo y serás alma eternamente, ya que no hay ayer ni hoy, sólo hay aquí y ahora.

Esa es la verdadera forma de recuperar la felicidad, lo demás son placeres inmediatos que satisfacen al ego, pero que no serán duraderos: una televisión nueva, un nuevo amor, el cuerpo perfecto, un título académico colgando de tu pared, un viaje al extranjero, parecen ser una pequeña meta a la felicidad, pero sólo son soluciones momentáneas. Puedes recibir una buena cantidad de dinero y sentir alegría, pero al día siguiente la depresión regresará, porque la felicidad está justo dentro de ti, jamás la has perdido. El alma recupera su terreno cuando hacemos cosas por los demás, cuando meditamos y reflexionamos, cuando acariciamos el alma de otros. Tu no puedes acariciar un alma con tus manos de carne y hueso, sino con las manos de tu alma. Sólo un alma puede abrazar a otra, platicar con ella y encontrar consuelo y dar alegría a otra. El ego sólo puede admirar o sobajar a otro ego y siempre buscará imponerse ante otros egos con los que se encuentre y eso no puede ser felicidad, eso es prepotencia y soberbia. El alma no necesita demostrar ya nada, porque lo sabe todo y no hay un alma mejor que otra.

Espero que hayas encontrado en este artículo el principio de lo que estás buscando, la flecha que apunta hacia donde está la felicidad, pero es trabajo de cada quien seguir esa flecha y no la flecha contraria esperando encontrar lo que está dentro de ti.


Al Jaguar

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